Primero que todo no creo que esto
sea culpa completamente del alcalde bogotano, tendemos a caer en el mismo
reduccionismo de los medios masivos de información, si hay indigencia en Bogotá
es como si se la hubiera inventado el man y esa no es la idea, sin embargo si
hay inconformismo frente a lo que se aceptó para la final de la Copa Colombia
2013. A pesar de que inicialmente se había hablado de la igualdad de
condiciones entre hinchadas, es decir el mismo número de boletas para hinchas
visitantes en los dos estadios, la alcaldía de Medellín actuó contrariamente y
negó la posibilidad de viaje masivo de los hinchas azules. Esto demuestra a su vez las posiciones políticas
de cada lugar, mientras en una se busca generar una dinámica de respeto por los
derechos de los hinchas e impulsar la posibilidad de generar espacios en los
que se viva el futbol en paz en la otra la posición sigue siendo el
prohibicionismo coartando las libertades de las personas.
Es increíble que una “ciudad” nos
cierre sus puertas aduciendo que “no puede garantizar la seguridad de la
hinchada visitante”, es imposible creer que esa puede ser una ciudad de verdad,
con instituciones de verdad si la máxima autoridad política dice que no es
capaz de garantizar la vida de quienes visitan el lugar. ¿Qué clase de
instituciones (policía, bomberos, defensa civil, secretaria de gobierno y demás) tiene el
municipio de Medellín? Si son INCAPACES de brindarle seguridad a un colectivo
de jóvenes barristas. Surge entonces la duda sobre el tipo de gente que vive en Medellín y la concepción que tiene la alcaldía sobre sus conciudadanos, ¿son así de peligrosos que no es posible poder vivir el futbol en paz? No se entiende porque si la Bogotá Humana tiene un
compromiso por el futbol en paz a través de condiciones favorables para los
jóvenes de la ciudad no hace un llamado a la alcaldía de Medellín para que se
permita nuestro ingreso en condiciones que garanticen nuestra integridad física.
No entendemos hasta donde llega el discurso de los derechos humanos, de la multiculturalidad
del respeto cuando frente a este tipo de arbitrariedades la opción es guardar
silencio y lavarse las manos diciendo que es una decisión autónoma del alcalde.
Nosotros como hinchas del futbol TENEMOS DERECHO de ir a los partidos de futbol
y alentar a nuestro club, existe una ley que así lo garantiza.
Frente a todo el panorama ¿cuál
es el mensaje que nos están dando las autoridades? Es el del odio entre
ciudades, irrespeto hacia nuestros derechos, la desigualdad en el trato que
una y otra ciudad le da a los seres
humanos lo cual terminará en mayor regionalismo. Recuerden la muerte hace unos
meses en Cali de Oscar Sandino Asma, victima directa del cierre de fronteras.
Esto demuestra que Bogotá está en
capacidad de poder realizar este tipo de eventos garantizando los derechos de
los ciudadanos colombianos frente a una disque ciudad que acepta no poder
realizarlos sin incumplir la ley o peor aún acomodándola a la voluntad del alcalde de turno.
Somos hinchas y no nos detendrá
una medida autoritaria e ilógica como la de la alcaldía de Medellin, pero si
responsabilizamos a cada una de las instituciones de dicho municipio por el
riesgo en el que pone a los hinchas del MAS VECES CAMPEON y de paso también hacemos
un llamado a la alcaldía de Bogotá para que se preocupe de verdad por sus
ciudadanos y no solo por los visitantes de otras ciudades.
Como se vió hoy en el PMU cuando la
barra más representativa de Millonarios se levantó de la mesa por considerar
injustas las medidas que se toman desde los escritorios, no esperen que la
gente este contenta, ni que los partidos transcurran en total normalidad,
porque no lo será.