7 de febrero de 2012

73 muertos en partido de fútbol egipcio Ashraf El-Sherif

A raíz de los sucesos de la tragedia egipcia en un partido de fútbol, este interesante articulo da visos de lo ocurrido.

La política de la diversión de los ultras contra la tiranía.

El miércoles la masacre de los hinchas del Ahly Club en el estadio de Port Said fue la última en una cadena de tragedias que se ha incrementado para los jóvenes egipcios que continúan en fuerte oposición con las fuerzas centrales de seguridad egipcias.

Y aunque los enfrentamientos han sido continuamente analizados, desde su inició en enero del año pasado, en mi opinión el factor más importante todavía no se ha discutido.

Yo creo que estamos siendo testigos del desarrollo natural de un conflicto inevitable entre dos facciones que se encontraron a sí mismos siguiendo dos paradigmas de vida diferentes: el paradigma de la depresión, el control y la indiferencia generalizada; contra esa alegría por la liberación de las privaciones impuestas por las normas sociales e institucionales, para crear un caos gratificante.

Este último es el que yo llamo la política de la diversión.

Este conflicto entre dos ritmos de vida – uno tan tenue que no se da cuenta de su propia fragilidad, estancamiento y extinción gradual, y el otro muy joven y tan lleno de vida que falla en darse cuenta de las consecuencias revolucionarias de sus acciones – es útil, y debe permitirse que crezca.

De hecho el caos de los Ultras, los hinchas futboleros más fuertes de Egipto, puede jugar un rol en el despertar de la clase media egipcia, que continúa adhiriéndose al mito de la estabilidad.

Algunos expertos aseguran que los ultras son un grupo apolítico y que su poder político permanece limitado por lo que el fenómeno entero no es materia de consideración.

En respuesta, yo planteo lo siguiente:

Cuando el 25 de enero la revolución inicio, los observadores encontraron que el único grupo organizado en Egipto con la experiencia combativa para enfrentar a las fuerzas de seguridad y al Ministerio del Interior eran los ultras, no “Los Hermanos Musulmanes”, el Movimiento Juvenil de Abril 6 o la Asamblea Nacional para el Cambio.

Ellos habían dominado las estrategias de defensa y ataque ayudando a reducir las bajas. Ellos sabían cómo mantener la resistencia activa. Esto quedo claro en los prominentes roles jugados en las batallas de Qasr al-Nil, Calle Ramses y la “Batalla del Camello”.

Su historial de confrontaciones constantes con el opresivo Ministerio del Interior demostró ser excepcional en la acción revolucionaria.

El 25 de Enero la revolución fue, en esencia, un movimiento rápido, un golpe de estado en contra del ritmo de vida rígido y poco favorable. Es cierto que en el régimen de Mubarak las fallidas políticas económicas y la represión por parte de las fuerzas policiales fueron, desde una perspectiva política, dos de las más prominentes razones detrás del despertar popular. Pero el movimiento también necesito de espíritus audaces que desafiaran las normas sociales para traducir los sentimientos y expectativas de los egipcios en una protesta popular gigantesca.

La política de diversión de los ultras proveo esto, y le dio forma al espíritu de la revolución egipcia.

Orígenes de los Ultras

El fenómeno de los ultras puede ser analizado desde dos perspectivas: el desarrollo del fútbol egipcio y las tradiciones de los fanáticos del deporte, o la cultura juvenil durante la última década.

Durante 1980 y 1990, aplaudir a los equipos de fútbol era simple y primitivo. Los fanáticos del fútbol eran hinchas “profesionales, caracterizados por ser extensiones de la administración de los clubes o vinculados con uno de los ídolos futbolistas - a lo que probablemente se dirigió - o de tipo recreacional, que acudían a los partidos los viernes después del trabajo esperando tener un par de horas de entretenimiento.

Pero lo más importante de este periodo fue que las raíces de los equipos de fútbol no estaban vinculadas con actitudes emocionales, sociales u organizacionales.

La globalización del fútbol a finales de los 90s y el comienzo de un nuevo milenio marcado por el nacimiento de una nueva era del fútbol en Egipto, que se caracterizó por el surgimiento de un extenso público con estilos y valores marcados. Esta nueva industria del fútbol en Egipto, fue conducido por el mercado de demanda, proveyendo alta rentabilidad, oportunidades de lavar dinero, publicidad y la circulación de recursos financieros.

Este mercado emergente siempre ha estado vinculado a la dependencia de los fanáticos jóvenes consumidores del lenguaje, el comportamiento y herramientas de la nueva era del fútbol globalizado.

Fue en este entorno en que los grupos ultras dieron vida.

Los ultras primero aparecieron en Latinoamérica y países europeos del mediterráneo como Italia, España, Francia, Portugal y los Balcanes. En el mundo Árabe, empezaron en Tunes y fueron rápidamente seguidos por la aparición de ultras en la mayoría de equipos de futbol egipcio empezando con los Ultras Ahlawy, Zamalek Ultras White Knights e Ismaily´s Ultras Blue Dragons, y grupos de equipos regionales más pequeños como los Ultras Masry del Port Said.

La significancia revolucionaria del fenómeno de los ultras no apareció hasta el 2007, cuando una serie de enfrentamientos con las autoridades de seguridad empezaron a darse en los estadios y en las calles. El vandalismo y la violencia también empezaron a incrementarse entre los diferentes grupos ultras.

La clave para comprender el fenómeno de los ultras es imaginarlo como un estilo de vida para estos jóvenes. Para ellos convertirse en hinchas es una acción simbólica que era a la vez alegre y un medio de auto expresión. Sin embargo los contextos sociales más amplios, los psicológicos y culturales fueron incapaces de adaptarse a las actividades de los grupos, debido a la virtud de su naturaleza rebelde y su desafío a las normas.

Contribuciones de los ultras a los esfuerzos revolucionarios

Los ultras pueden ser descritos como poseedores de las siguientes características, de las cuales el movimiento de protesta tiene y continúan beneficiándose:

1. Dinamismo

Apoyar a un equipo es un proceso dinámico, que incluye alentar el equipo en la cancha, glorificar sus logros y defenderlo en contra de sus oponentes. Es conducido por un código emocional incierto, que vincula nexos emocionales con el equipo. Ganar o perder no afecta la fe ni la cohesión del grupo. Por ejemplo, las sucesivas victorias del Al-Ahly no relaja a los Ultras Ahlawys, ni como las sucesivas derrotas del Zamalek no desalientan a los Ultras White Knights. La frustración no saca lo mejor de ellos.

2. Flexibilidad

La organización es la esencia del fenómeno ultra, como una necesidad practica para movilizar a los hinchas a las diferentes ciudades con sus equipos de fútbol. Los ultras permanecen orgullosos por la identidad de su grupo pero al mismo tiempo los miembros son libres de ser activos en las calles en la medida en que esto no entre en conflicto con los propósitos del grupo. Esto incluye el activismo político. El 25 de Enero, por ejemplo, los ultras no acudieron a las protestas como grupo, pero algunos miembros tuvieron la libertad de ir de manera individual. Cuando estuvo claro que esta era una revolución que envolvía fuertes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, los ultras tomaron la decisión de ir como grupo el 28 de Enero de 2011, llamado el Viernes de Rabia.

3. Actitud positiva

Los ultras siempre han tomado la iniciativa al tratar de superar las actividades de los otros grupos. De allí viene el término “cortejo[1]” que ha sido adaptado de la terminología de guerra callejera de Colombia, Brazil y Argentina. Significa salir a demostrar como si fuera un show, el poder en las zonas de influencia de los oponentes lejos de los estadios. El “cortejo” algunas veces lleva a la violencia.

4. Negación al patriarcado y al tradicionalismo

Los ultras se niegan a la tutela de los jefes del club cuando empiezan a determinar que hacer y qué no hacer. La mayoría de los clubes son instituciones basadas en el patriarcalismo y el elitismo. Los ultras jóvenes no solo aman sus equipos, sino que no tienen miedo de criticar las políticas de estos. Una historia sucedió en el Ahly, los ultras constantemente criticaban las políticas de contratación de los jugadores, entrenadores y directivos del equipo.

La rebeldía natural de los ultras también rechaza la ética puritana manteniendo los insultos obscenos, y la prevención de que las mujeres asistan a los partidos. De igual forma adoptaron ropa inusual y comportamientos que desafían las normas establecidas.

5. Mentalidad de Grupo

A pesar de la popularidad de los ultras, y el importante rol que cumplieron durante la revolución, ninguno de sus líderes tuvo presencia en los medios. Estas figuras permanecen anónimos para los extraños al grupo. Esto parece ser una medida deliberada que puede ser explicada por el deseo de los ultras de mantener la mentalidad de grupo (en contra de los medios de comunicación tradicionales y su tendencia a crear estrellas y de lidiar con representantes del fenómeno). Este secreto no puede ser comparado con el de las logias masónicas, que se percibe en algunos medios de comunicación una cobertura sensacionalista barata de Ultras. Pero es más comparable con la privacidad libertaria que establece los límites a sí mismos en contra de la cobertura sensacionalista de los medios.

6. Rebelión

Los ultras se definen a sí mismos como rebeldes. No solo confrontan competidores en lo deportivo a los equipos y administradores, ellos también están en contra de la prensa deportiva, la cual es agresiva y está permanentemente en contra de ellos.

Los ultras también se alzan en contra del Ministro del Interior, que es una entidad organizada, opresora y brutal que hace lo mejor para arruinar la diversión de los ultras sin ninguna razón buena. El ministerio que continuamente incrementa los ataques en contra de los grupos de hinchas, los cuales han aumentado en número y en influencia.

Debido a la naturaleza de su composición y su mentalidad militar, el Ministerio del Interior no pudo aceptar la idea de que un grupo organizado con varios miles de miembros sean capaces de movilizar personas jóvenes independientes de cualquier autoridad o guía.

La insistencia de los ultras en continuar con sus métodos, sin tener en cuenta la creciente represión sobre ellos, la cual alcanzo el punto de prisión, el arresto de personas en sus casas y la excesiva inspección para el ingreso de los estadios (instigados directamente por los medios) solo provoco aumentar el número de oficiales de policía.

En respuesta, las acciones de los ultras empezaron a ser más simbólicas, sus banderas incluyendo sus declaraciones políticas rebeldes. La confrontación fue inevitable, y los ultras encontraron la oportunidad en la revolución del 25 de Enero.

Futuro de los ultras egipcios

A raíz del colapso del ministerio tras el derrocamiento del Presidente Hosni Mubarak, los ultras han sido los menos sensibles a las demandas de la prensa a escribir una nueva página con las fuerzas policiales. Al contrario, los Ultras Ahlawy, y los Ultras Whit Knights empezaron a escribir canciones y cantos enfocados en dos cosas: la derrota aplastante y humillante del Ministerio del Interior por los ultras, y las críticas a la institución en si misma haciendo burlas de los bajos niveles de educación de los oficiales y la corrupción al interior de su administración.

Siguiendo la revolución del 25 de Enero, el Ministerio del Interior tuvo de nuevo que desarrollar las tendencias de represalia y los ultras se vieron envueltos en una batalla existencial en contra de ellos. Además se esperaba que la situación empeorara, debido a los rumores de que el gobierno pretendía controlar los números y tipos de fanáticos que van a los partidos de fútbol.

Tras la masacre el miércoles de los Ultras Ahlawy, yo me pregunto por el futuro de los ultras. Hoy ellos y muchos egipcios están en contra de la seguridad nacional y el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, quienes son ampliamente percibidos como responsables por las muertes de aquellos libres y desafiantes jóvenes. Las muertes de tantos fanáticos del fútbol marcan un punto de partida en la historia de los ultras egipcios y quisiera saber si esta tragedia provocara en ellos el desarrollo de sus estrategias y mecanismos de combate a fin de desempeñar un papel mucho más directo en cuanto a lo político y lo social en el futuro.

Ashraf El-Sherif enseña en la Amercian University in Caairo. Este articulo fue originalmente publicado en árabe en Jadaliyya.



[1] Nota del traductor: No está muy claro a que hace referencia el autor con “cortejo”.


Traducido por PasionCapitalina.