Hace un par de años con el auge de la violencia relacionada
al fútbol los equipos colombianos han ido aumentando las restricciones para que
las hinchadas visitantes no puedan ingresar a los estadios y/o ciudades
colombianas. Nosotros, hinchas de Millonarios, hemos sido víctimas directas de
este tipo de restricciones frente a las cuales nos oponemos y hemos dado nuestra
voz en contra por considerarlas desde
todo punto de vista injustas. A través
de derechos de admisión, prohibiciones, represión policial y otros métodos las
autoridades han buscado impedirnos seguir al Embajador.
Esta situación se trasladó al interior de las ciudades, donde
hinchas del equipo visitante, residentes de esas mismas ciudades tienen el
mismo inconveniente, la policía y los clubes les prohíben su ingreso. Estamos
hablando ya no de los barras y fanáticos que viajan por horas para poder
alentar, sino de personas de todas las edades, familias que por ser de un
equipo determinado se les prohíbe ingresar a un partido en su propia ciudad.
Así en los clásicos, por lo menos en Bogotá, con el auge del
sistema de abonados (muy característico del futbol moderno) y de los recientes
campeonatos de los dos equipos, se le da menos espacios a la hinchada
visitante. Las directivas han tomado la decisión de violentar el derecho a los
hinchas de hacer lo que más feliz los hace.
Sin embargo esta misma gente que se queja del derecho de
admisión en otras ciudades celebra que en Bogotá no se le permita el ingreso a
otras barras (algo que casi nunca ocurre) y que las directivas del club tomen la
decisión de vender solo boletas a hinchas de Millonarios.
Por ejemplo en la final del año pasado donde Millonarios
levanto la estrella 14, no había un solo grupo de hinchas del Medellín al cual
festejarles el campeonato en su cara. Algo que para mí como FANATICO es
necesario, porque me gusta poder tener al contrario en frente, para que haya a
quien humillar. Es un principio del fútbol, este debe ser jugado con otro
equipo, es necesario que co existan en un mismo lugar dos bandos contrarios. Pues
para las barras debería ser igual, el partido en las tribunas es mejor cuando
se tiene a quien pisotear y vapulear (simbólicamente hablando) en frente.
Un clásico es más emocionante cuando está la contra ahí
mismo, varias de nuestras canciones de la barra están hechas para humillar a la
otra hinchada, y si no están ¿qué sentido tiene cantarlas?
El futbol moderno nos está quitando esa magia, esa gran
emoción de ver al contrario llorar, de desesperarse, de celebrarle un gol o una
expulsión en su contra, el fútbol de verdad requiere este tipo de cosas,
emociones, sentimientos, alegrías, rabias y tristezas. Los clásicos son lo que
son en parte por el duelo de hinchadas, un clásico contra un equipo como Equidad
jamás podrá serlo, la rivalidad hace que sea más llamativo y más emocionante de
ganar.
Con esas prohibiciones o medidas
que solo permiten el ingreso a la “hinchada local” irrespetan a esos hinchas futboleros (incluyéndome).
Para mi tiene más mérito un hincha que guerrea y hace sacrificios por ver a su
equipo, así no sea el mío, que miles de “clasiqueros” que solo van cuando el
equipo va bien, a estos últimos los detesto así digan ser de mí mismo club.
Me parece buenísimo que sur sea
para la Blue Rain, porque se lo han ganado con su fiesta y su carnaval, pero es
necesario garantizar un mínimo de boletas a la contra para decirles en su cara
que la nuestra es la hinchada más grande y que MILLONARIOS es el papá de todos
los equipos colombianos.