El 31 de octubre en Madrid (España) se realizaron grandes fiestas de Halloween entre las cuales resalto la trágica realizada en el Madrid Arena, donde murieron 4 chicas debido a la cantidad de personas en el lugar y la pésima logística que estaba en manos de algunos reconocidos ultras del Frente Atlético la facción radical nazi del equipo de Falcao el Atlético de Madrid.
Los hemos visto con un chaleco amarillo. Sin saber qué
hacer ante una avalancha humana. Algunos echaban los brazos al bulto para
estirar de las primeras manos que palpaban. Otros se echaban las manos a la
cabeza, demostrando su nula formación en la materia. Más de uno, según los
testigos de la tragedia del Madrid Arena, aseguran que los “seguratas”
resolvieron los conflictos que se les presentaban intimidando de malas maneras.
No distribuyeron a los miles de asistentes en las diferentes plantas, cerraron las
puertas de salida de la pista creando un embotellamiento que ya ha causado la
muerte a cuatro chicas.
Los 75 encargados de la seguridad interior del Madrid
Arena no eran profesionales. Ninguno fue dado de alta esa noche y tan sólo
cobraron seis euros por hora. Su empresa, Kontrol 34, tiene como objeto social
la organización de eventos, aunque el organizador de la macrofiesta de
Halloween, DivierTT, informara al Ayuntamiento de que los trabajadores de esta
sociedad se encargarían de que dentro del recinto se estuviera seguro.
Aun así, nunca han podido dedicarse a la seguridad
privada. Lo impiden los antecedentes penales que, entre otros, acarrea su
actual administrador único, Juan Carlos García Perdiguero, histórico cabecilla
del grupo ultra Frente Atlético, seguidores violentos y neonazis del Atlético
de Madrid.
Los antecedentes de García Perdiguero recorren dos
décadas de historial policial. En 1987 fue detenido por la Policía por primera
vez, pero es en 1988 cuando se hace famoso dentro de los ultras madrileños por
apuñalar a un policía municipal en los alrededores del estadio Vicente Calderón
con un cuchillo de 25 centímetros de hoja. El agente salvó la vida gracias a la
chequera de multas, pero quedó patente que Perdiguero tiraba a matar. Directo
al corazón.
Junto a él estaban otros siete miembros del Frente
Atlético, algunos menores de edad, que jalearon su hazaña durante el partido
Atlético de Madrid- Atlétic de Bilbao, antes de ser detenidos por las fuerzas
de seguridad. Tenía 21 años y todo un camino delincuencial por delante. Después
vinieron múltiples detenciones por agresiones, robos y robos con fuerza. Pero
fue en 1996 cuando un juzgado andaluz le mandó a prisión, recalcando en su
sentencia el carácter racista y neonazi del delito.
Ataque racista en Sevilla
Era la Feria de Abril de 1992. El Atlético de Madrid
viajaba a la capital andaluza para enfrentarse con el Sevilla y detrás del
equipo, siempre y más con Jesús Gil al frente, están sus ultras. Allí García
Perdiguero junto con otro “camarada” se pasea entre las casetas, hasta que fija
su objetivo en un negro que vendía tras un tenderete. Comenzó a insultarle y
golpearle, hasta que dos jóvenes sevillanos se entrometieron en su camino para
defender a la víctima. No lo dudó. Volvió a tirar de navaja y de milagro no
acabó con la vida de los chicos.
Según recuerda Eduardo Millán, abogado de una de las
víctimas, “la agresión fue brutal”. “Casi muere una de las personas. No había
pasado nada similar por aquí y recuerdo que el fiscal hizo hincapié en buscar
una sentencia ejemplar contra el racismo en aquel caso. De los dos acusados
sólo él fue condenado, porque se consiguió acreditar que fue quien utilizó el
arma”, cuenta. Cuando este letrado sevillano se enteró de que aquel Perdiguero
ha sido el encargado de organizar la seguridad del Madrid Arena no daba
crédito. “¿Cómo pueden aquellos que generan inseguridad repartirla?”. La muerte
de Katia Esteban, Belén Langdon, Rocío Oña y Cristina Arce, y el agonizante
estado de María Teresa Alonso parecen acreditar que no pueden.
Las detenciones e ingresos en prisión se han seguido
sucediendo en la vida de este skin hasta 2008, año en que los juzgados de
instrucción nº2 y nº4 de Madrid pidieron su prisión preventiva por diferentes
delitos.
De ultras a hombres de empresa
A sus más de 40 años, Juan Carlos García Perdiguero
fue nombrado administrador único de Kontrol 34 el 31 de julio de este año,
apenas mes y medio después de la creación de la sociedad, aunque fue publicado
en el BORME el 27 de septiembre.
Su antecesor en el cargo, Jesús María Álvarez Plaza,
es un abogado estrechamente relacionado con el organizador de la fiesta, Miguel
Ángel Flores, dueño de DivierTT. Según fuentes de los cuerpos de seguridad, “es
difícil creerse que Flores no conociera la procedencia y los antecedentes de
esta empresa, ya que ha tenido vinculaciones con ellos desde hace bastante
tiempo”.
Kontrol 34 se inscribió en el Registro Mercantil el
pasado 6 de junio. Su socio único, Carlos Manzanares Rodríguez, también es un
conocido de los Cuerpos de Seguridad por su relación con la banda de Cásper,
Ángel Suárez Flores, y en el mundo ultra bajo el apodo que compartía con su
hermano,Manza.
Su hermano Francisco Javier fue asesinado en 2001,
dentro de una oleada de crímenes que rodearon a la organización de Cásper, en
la que también cayeron otros miembros de la banda como Iván Llorente Liébana,
tiroteado en 2002 en Motril o el rey del butrón, Juan Miguel Ortega Sánchez, en
2009.
La última vez que personas de este grupo ultra, aunque
sin estar bajo las siglas de Kontrol 34, se vieron involucradas en un hecho
violento, fue el asesinato del angoleño Ndombele Augusto Domingos, de 16 años,
en 2002. Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia que
ejerció la acusación popular contra José David Fuertes, otro skin miembro de
esta red ilegal de porteros de discoteca, recuerda que el Tocho, como se le
conoce en el mundo ultra, trabajaba de “extra de seguridad” esa noche en la
discoteca Inn de Costa Polvoranca. Surgió una pelea entre otro skin y un amigo
de Ndombele y “El Tocho medió usando la navaja y asesinando al adolescente”.
Tomado de https://atleticofans1903.wordpress.com
No es el único caso en el que los barras se vinculan a trabajar como seguridad en bares y discos en la noche, el caso de los patovicas de Los Borrachos del Tablón y la seguridad que tienen en los conciertos que se realizan en el estadio Monumental, así como la empresa de logística bogotana donde hoy trabajan varios integrantes de las barras de Millonarios en diferentes eventos deportivos, sociales y nocturnos son un ejemplo de que la seguridad en bares es un buen negocio para aquellos que en domingo son el enemigo de la seguridad.