La gente nos mira y no lo pueden creer: miles de jóvenes atravesando el país en buses atestados de hinchas donde van más del doble de pasajeros llegando a salirse por las ventanas y por los techos, todos vistiendo con unos colores particulares que sobresalen cuando se nota en tantas personas juntas el AZUL Y BLANCO (nada que tenga que ver con una sociedad anónima ni nada que se le parezca). Muchachos de todas las edades repletos de tatuajes que dejan atónitos a quienes no creen hasta dónde puede llegar la pasión de los jóvenes por su equipo de futbol, dejando su día de descanso relegado por un amor de aquellos por los que se llega a hacer de todo en la vida: aguantar hambre, soportar mal tratos por parte de los cerdos y sus requisas inhumanas, dejar a sus familias en casa, recorrer horas y horas de camino para llegar a su destino final; una tribuna de un estadio donde salga a jugar el CLUB DEPORTIVO LOS MILLONARIOS.
Muchos no logran entender que hacen siguiendo a un equipo sumado en una crisis administrativa/deportiva tremenda, sin ninguna opción en el campeonato actual ubicado más abajo del decimo puesto de la tabla a dos fechas de que termine la primera fase. Se preguntaran ¿para que perder el tiempo, para que arriesgar la vida, para que desperdiciar dinero? La verdad es que todo nuestro tiempo está centrado en esperar el momento de ir a alentar, la nuestra no sería vida si no existiera MILLONARIOS y el dinero venga de donde venga, mucho o poco, lo utilizamos para llegar a todos lados donde juegue nuestro equipo.
Es loco pensar en viajar 4,7, 12, 18 hasta 24 horas por ir a ver un “partido de fútbol” que dura 90 minutos, para nosotros eso es un estilo de vida desde hace muchos años y es que mas allá de un partido esta nuestro honor, nuestra alegría, nuestra farra y el orgullo de estar alentando en todas las canchas del país demostrando que tenemos aguante que no nos importa nada (ni su represión, ni su odio, ni su desprecio).
Ese fue el último viaje del semestre (por liga), un saludo a los cerca de 800 muchachos que dejaron a sus madres para acompañar al Embajador en Ibague.
CDLM PURO AMOR A LA CAMISETA