20 de noviembre de 2013

19 de noviembre de 2013

Incidentes y represion en la final de copa 2013 nacional vs Millonarios

Bastante se ha difundido sobre lo ocurrido el fin de semana en Medellín, durante la final de la Copa Colombia 2013. Noticias de heridos, del ataque al bus de los jugadores, del general de la policía metropolitana riéndose diciendo que el operativo fue un éxito, el Secretario de Gobierno de Bogotá (ahora sí) preocupado por los derechos vulnerados de los bogotanos… etc. Pero una cosa fue lo que se vivió en la cancha y vieron todos los colombianos a través del televisor y otra la que los hinchas de Millonarios, aproximadamente 300, vivimos en la ciudad más peligrosa del país.

De la información que hay en la red hay una nota publicada en LosMillonarios.net que cuenta la experiencia durante el día de la final, la represión de la que fuimos víctimas no tiene precedentes y decir esto en el contexto futbolero es ya bastante preocupante.

La hinchada de Millonarios demostró que llega a donde sea, no nos vencieron las amenazas de muerte, ni el derecho de admisión de la alcaldía del municipio, ni el veto ejercido por la policía ni el cierre de fronteras que se le imponen a los colombianos dentro del territorio nacional, allá estuvimos llegamos e intentamos ingresar a ver al equipo.

La forma en la que las autoridades pusieron en riesgo de muerte a 300 personas no puede ser un operativo policial efectivo, tras el agrupamiento de los principales grupos de Millos en las afueras del hotel se presentó la policía nacional y el ESMAD, quienes aseguraron a las personas que serían trasladadas al estadio para presenciar el partido. Con este argumento recogieron en camiones a los hinchas, en esos mismos camiones donde en el territorio nacional el ejercitó engaña jóvenes con falsas promesas de trabajo para asesinarlos y hacerlos pasar como guerrilleros, a pesar de la negativa de los hinchas fueron obligados a subir. Otros tantos pudieron llegar por sus propios métodos al estadio y allí fueron víctimas de la represión policial y del ataque de los sureños que en redes sociales pregonan vivir el futbol en paz. A quienes fueron en camiones los llevaron hasta la estación de policía, allí fueron detenidos ilegalmente casi que podríamos hablar de una tentativa de secuestro por parte de la policía de medellin, que sin argumentos detuvo por más de dos horas al grupo de hinchas, posteriormente los dejaron en  un parque que es frecuentado por habitantes de calle y ahí fueron cercados por el ESMAD mientras la hora del partido se acercaba. La policía entonces determinó que la mejor opción que tenían era la de romper las boletas de los hinchas para asegurar que no iban a ingresar al Atanasio Girardot, este tipo de comportamientos también fueron señalados por el general de la policía metropolitana como un ÉXITO de sus subalternos…




Durante las horas previas al partido decenas de hinchas iban llegando a la estación de policía con heridas de arma blanca y golpes, víctimas de la xenofobia de una ciudad, porque lo que se vivió en medellín no fue un tema exclusivo de barras, fue toda una ciudad desde sus instituciones (alcaldía, secretaria de gobierno, policía) hasta sus ciudadanos pertenecientes o no a la barra los del sur los que agredieron o callaron frente a los hechos ocurridos.  

Según la alcaldía de Medellín los temas se trataran en la “mesa de Convivencia del futbol”  espacio totalmente cooptado por la barra los del sur, donde las instituciones terminan haciendo caso a las determinaciones que las barras paisas exigen, de lo contrario terminan amenazándolos con tomar medidas de hecho lo cual asusta completamente a la alcaldía y la policía, que son incapaces de ponerle freno a esas mafias de delincuentes que dicen ser  hinchas. En parte esto explica por qué eran los integrantes de esta barra (los del sur) quienes en las entradas de los filtros el pasado domingo decidían que personas ingresaban y quienes no, su forma de acción era avisar a la policía tras golpear y humillar a los hinchas que no portaban los distintivos del equipo paisa. Así fueron apuñalados cerca de 30 hinchas de Millonarios, tratando de ingresar con su boleta y sin generar algún tipo de inconveniente con nadie más, frente a la policía nacional que no tenía posibilidad (o voluntad) de controlar a los grupos organizados de sureños que atacaron sistemáticamente a quienes ellos consideraban del equipo contrario.


Fue lamentable lo ocurrido en la ciudad, la situación de alto riesgo a la que las autoridades paisas sometieron a los hinchas de Millonarios es realmente alarmante, no es posible que las mismas instituciones que tienen como objetivo proteger a la población (a TODA y no solo a la de su ciudad) hayan arriesgado la vida de los/las jóvenes Millonarios, no hay lógica alguna que permita entender por qué se desarrollaron de esa forma los operativos. No puede ser que el funcionario de la alcaldía municipal afirme que los ataques y la vulneración de nuestros derechos se dieran por “culpa nuestra”, no señor, eso es lo mismo que creer que a las mujeres víctimas de violación se les debe responsabilizar por su desgracia.

Fuimos más los hinchas que estuvimos en la loma que los paisas que vinieron a Bogotá el partido inicial, no olviden eso, mientras ustedes aceptan las restricciones y públicamente dijeron que no iban a venir nosotros estuvimos allá en contra de toda una ciudad que nos odia a muerte. Una vez más esta opinión se cierra hablando de las consecuencias que todas esas medidas tienen sobre el imaginario de la barra, no esperen que las cosas estén normales y pasen como si nada, nos sentimos agredidos y humillados por esa mal llamada ciudad, así que las consecuencias están por venir en parte porque las medidas de hecho en este contexto son más efectivas que las soluciones participativas y concertadas, y si no pregúntele a la policía y a la alcaldía de medellin. 

6 de noviembre de 2013

Prohibido el ingreso a la Final de Copa Colombia en la loma

Primero que todo no creo que esto sea culpa completamente del alcalde bogotano, tendemos a caer en el mismo reduccionismo de los medios masivos de información, si hay indigencia en Bogotá es como si se la hubiera inventado el man y esa no es la idea, sin embargo si hay inconformismo frente a lo que se aceptó para la final de la Copa Colombia 2013. A pesar de que inicialmente se había hablado de la igualdad de condiciones entre hinchadas, es decir el mismo número de boletas para hinchas visitantes en los dos estadios, la alcaldía de Medellín actuó contrariamente y negó la posibilidad de viaje masivo de los hinchas azules.  Esto demuestra a su vez las posiciones políticas de cada lugar, mientras en una se busca generar una dinámica de respeto por los derechos de los hinchas e impulsar la posibilidad de generar espacios en los que se viva el futbol en paz en la otra la posición sigue siendo el prohibicionismo coartando las libertades de las personas.

Es increíble que una “ciudad” nos cierre sus puertas aduciendo que “no puede garantizar la seguridad de la hinchada visitante”, es imposible creer que esa puede ser una ciudad de verdad, con instituciones de verdad si la máxima autoridad política dice que no es capaz de garantizar la vida de quienes visitan el lugar. ¿Qué clase de instituciones (policía, bomberos, defensa civil,  secretaria de gobierno y demás) tiene el municipio de Medellín? Si son INCAPACES de brindarle seguridad a un colectivo de jóvenes barristas. Surge entonces la duda sobre el tipo de gente que vive en Medellín y la concepción que tiene la alcaldía sobre sus conciudadanos, ¿son así de peligrosos que no es posible poder vivir el futbol en paz?  No se entiende porque si la Bogotá Humana tiene un compromiso por el futbol en paz a través de condiciones favorables para los jóvenes de la ciudad no hace un llamado a la alcaldía de Medellín para que se permita nuestro ingreso en condiciones que garanticen nuestra integridad física. No entendemos hasta donde llega el discurso de los derechos humanos, de la multiculturalidad del respeto cuando frente a este tipo de arbitrariedades la opción es guardar silencio y lavarse las manos diciendo que es una decisión autónoma del alcalde.  Nosotros como hinchas del futbol  TENEMOS DERECHO de ir a los partidos de futbol y alentar a nuestro club, existe una ley que así lo garantiza.

Frente a todo el panorama ¿cuál es el mensaje que nos están dando las autoridades? Es el del odio entre ciudades, irrespeto hacia nuestros derechos, la desigualdad en el trato que una  y otra ciudad le da a los seres humanos lo cual terminará en mayor regionalismo. Recuerden la muerte hace unos meses en Cali de Oscar Sandino Asma, victima directa del cierre de fronteras.

Esto demuestra que Bogotá está en capacidad de poder realizar este tipo de eventos garantizando los derechos de los ciudadanos colombianos frente a una disque ciudad que acepta no poder realizarlos sin incumplir la ley o peor aún acomodándola a la voluntad  del alcalde de turno.

Somos hinchas y no nos detendrá una medida autoritaria e ilógica como la de la alcaldía de Medellin, pero si responsabilizamos a cada una de las instituciones de dicho municipio por el riesgo en el que pone a los hinchas del MAS VECES CAMPEON y de paso también hacemos un llamado a la alcaldía de Bogotá para que se preocupe de verdad por sus ciudadanos y no solo por los visitantes de otras ciudades.


Como se vió hoy en el PMU cuando la barra más representativa de Millonarios se levantó de la mesa por considerar injustas las medidas que se toman desde los escritorios, no esperen que la gente este contenta, ni que los partidos transcurran en total normalidad, porque no lo será.